Hoy estoy particularmente feliz. El equipo de béisbol que apoyo desde niño, los Diablos Rojos del México, ganaron su campeonato número 18. Se vuelve así el equipo profesional más ganador en todos los deportes del país. Es el centenario de la liga y el equipo cumplió 85 años. Además, fueron campeones el año anterior, lo que les dio un bicampeonato. 14 equipos lo han logrado en la historia de la liga; pero solo Diablos lo ha logrado 4 veces. El siguiente reto será el tricampeonato, que se ha logrado solo una vez en la historia de la liga. Y vaya que, en una liga con 93 partidos regulares, se juega 5.6 veces más que en la liga MX de futbol soccer, por ejemplo.
En una entrada de mi blog, les cuento el detalle de mi afición por ese deporte y las cuatro etapas por las que ha pasado. Pueden leerla aquí.
Pero además me es especial porque tuve oportunidad de desayunar una vez con el dueño del equipo, don Alfredo Harp Helú (en la foto, el hombre de cabello blanco que tiene una mano en el hombro; el equipo está arrodillado agradeciendo a Dios por su campeonato y el nonagenario personaje está con su equipo en el campo). Me dedicó su libro. Escuchó algunas ideas que tenía para el equipo y fue muy amable conmigo y con la institución anfitriona.
Por lo mismo, han de saber que no solo es mi afición por el equipo, sino el gusto de sentir que es una organización que tiene valores, camaradería, y agradecimiento por lo que logran. Eso les garantiza más éxitos en el futuro.
Me llamó la atención que en la pelea del Canelo Álvarez, donde perdió lo invicto y tres títulos, le preguntaron a Crawford, su rival, que a qué atribuía la victoria. “A que oré al menos una hora esta última semana, pidiendo a Dios que me guiara a su voluntad”.
En contraste, el mánager de los rivales de Diablos, Benjamin Hill, de los Charros de Jalisco, se condujo de una manera bastante soberbia: antes de empezar la serie declaró que “barrería a los Diablos en cuatro juegos, porque no traían nada y no estaban al nivel de su equipo”. Al perder cuatro partidos continuos, uno hasta por 12 carreras a 1, remató: “Ahora resulta que no ganar, es perder. Perder es ser dominados, y el otro equipo no nos dominó, simplemente Charros tuvo mala suerte. Diablos no ganó, nadie ve a Diablos como ganador, la gente solo respeta más a Charros después de esta serie”.
Tengo la impresión de que, si pierdes en 4 partidos por marcadores muy abiertos (4-8; 1-12; 7-2; 7-3) cuándo tenías la opción de jugar 7 encuentros en la serie, si te dominaron. Y si eres soberbio, más. Porque la mayor lección de estos 18 títulos es saber ser agradecido. O en la victoria sobre Canelo. O en el 2-1 del Guadalajara sobre el América. Así que hoy estoy feliz… y agradecido.
Los bicampeones
jugando con humildad,
fuerte estrategia.